Hitori nació en Japón dentro del Domo
Nautylus Terra. Desapareció a los 23 años y aún nadie sabe de su paradero. Sus
padres eran botánicos y se encargaban de la supervivencia de las especies de
plantas que aún se conservaban en la Tierra. Hitori se convirtió, siguiendo la
tradición científica de sus padres, en una microbióloga altruista que trabajaba
para el Director Shinow desde los 18 años. Su trabajo consistía en experimentar
mutaciones en cerdos con los virus encontrados en los túneles de Pao-Pao, con
el fin de hallar alteraciones genéticas que potenciaran las capacidades
humanas, para así crear humanos superiores capaces de enfrentarse a los Tokets,
extraterrestres que han tratado de invadir el Domo en cinco ocasiones. O al
menos eso les lo que se cree.
Con el tiempo, Hitori descubre la verdad
sobre el doctor Shinow. Siempre le pareció tan admirable como extraño, por lo
que dedicaba tiempo y detalle a observar a distancia cualquiera de sus
acciones. Así, logró atar los cabos que la llevaron a convencerse de la falta
de empatía que sentía el director por la raza humana, sobre todo y lo más
extraño, con su hija Moulee. Entonces Hitori pasó de la obsesiva admiración al
terror más profundo. Su miedo la delató. Shinow comenzó a notarla insegura cada
que él estaba cerca, pero de lejos la veía interactuar tranquilamente con los
demás. Habiendo notado esto, el director no dudó un segundo en deshacerse de
Hitori.
El desalmado androide mandó a uno de sus
hombres de confianza, Riota, un corrupto y ambicioso compañero de laboratorio
de Hitori. Se armó una gran pelea entre ambos. Gracias a las enseñanzas en
Aikido, que Moritaka Ueshiba, abuelo de Hitori, le infundió desde pequeña, su
compañero no logró sino inyectarle un poco de una sustancia bacteriana que se
estaba investigando en el laboratorio para conocer sus supuestas
potencialidades de arma biológica contra otras especies del universo, con la
ilusión de que Hitori no lo resistiría.
En el instante en que el líquido iba ingresando
a su cuerpo, parecía como si la melanina se fuera evaporando y su piel y su
cabello fueran cada vez más blancos. Hitori estaba en el piso sufriendo un
shock nervioso por el ataque con la bacteria, cuando, en un descuido de Riota,
su cuerpo desapareció. No se sabe y parece que nunca se sabrá cuáles son los
efectos de dicha bacteria en el cuerpo de un humano, pero desde aquel día nadie
ha vuelto a saber de Hitori.
Cuando Hitori fue invadida por la bacteria,
perdió el control de su cuerpo, sintió que podía estar en todas partes a la
vez. Corrió desconcertada hacia ninguna dirección, no podía verse a sí misma ni
escuchar su respiración, sus pasos o su voz. Vio túneles oscuros hechos de
hierro grueso e iluminados por luces rojas; siguió las luces y atravesó las
paredes, encontrándose de pronto atrapada en una cámara cerrada de la que no
pudo huir y perdió el sentido por completo.
La cámara
misteriosa resultó ser una nave construida con material estelar, utilizado tan
sólo en casos muy especiales. Este material retiene en su interior hasta la
partícula más pequeña sin dejarla escapar. Así fue como Hitori fue despachada
en esta nave hacia el planeta Kurosei, lugar donde son enviados los seres
humanos contaminados irreversiblemente.